Asesoramiento y Terapia Psicológica

Artículos, comentarios y noticias de Psicología

martes, 25 de diciembre de 2012

¡¡Feliz Navidad!!


Gracias a todos por seguir y compartir este espacio.

¡¡Feliz Navidad y próspero año nuevo!!


sábado, 15 de diciembre de 2012

No apaguen la luz...


Voy con prisa a la consulta del especialista apenas unos minutos antes de la cita.  Estoy tranquila, es una consulta rutinaria. Mi día se presenta como casi todos, lleno de actividades, mil cosas que hacer. En mi cabeza ronda todo aquello que tengo que hacer cuando salga de allí. He tenido suerte, hay poca gente esperando.
Pasa María, siéntate, tienes un tumor, es infiltrante, puede extenderse a diversos órganos:  pulmón, cabeza, hígado…
Siento cómo mi mente y cuerpo se separan, me cuesta reaccionar. A pesar de la claridad de sus palabras...,

lunes, 12 de noviembre de 2012

Entrevista a Walter Riso

Os presento unos videos donden se realiza una entrevista al psicólogo Walter Riso.
Riso, realizó estudios de Psicología en la Universidad de San Luis (Argentina) y en la Universidad del Norte (Colombia). Ha realizado investigaciones en el área cognitiva y publicaciones científicas y de divulgación en numerosos medios.
Quienes conocen el trabajo de Riso, ya saben que se trata de uno de los psicólogos que mejor ha sabido llegar al público con sus libros sobre dependencia emocional.
Para los que aún no le conocen, aqui va una entrevista realizada al hilo de la publicación de uno de sus libros.
Walter Riso sabe combinar, como pocos, rigor ciéntifico con una léctura fácil que llega directa al corazón de sus lectores.
Primera parte

Segunda parte


Tercera parte


La culpa nuestra de cada día..

Nacemos en un entorno donde, generalmente, la culpa forma parte de nuestra experiencia más temprana. Nuestra cultura ha aprobado y reforzado esta emoción como mecanismo al servicio de intereses más bien oscuros.
¡¡Cúanto sufrimiento inútil¡¡ Entendedme bien, no quiero  hacer valer aquí la máxima del “todo vale”.
La culpa es una emoción y, como tal, cumple una función adaptativa para el ser humano.

. Por un lado sirve para regular la conducta social indeseable, promoviéndonos autocontrol.
 .Por otro, nos motiva para reparar el daño infringido  a otras personas-


Visto desde esta perspectiva es evidente que la culpa nos resulta adaptativa, esto es lo que conocemos  como culpa normal. Sin embargo...,

sábado, 28 de julio de 2012

En tiempos de crisis...

Difíciles tiempos se avecinan. Todo parece estar cambiando con un futuro a medio plazo poco halagüeño. En estos momentos donde nuestro sistema de vida parece derrumbarse, donde nuestro bienestar se ve atacado por varios frentes, se produce una convulsión en las personas que suele derivar, en más casos de los que quisiéramos, en problemas físicos y psicológicos más o menos graves dependiendo de los recursos con que contemos para hacerles frente.

Es innegable que muchas personas pierden su trabajo, se niegan derechos adquiridos durante años, viéndose abocados a brear con una situación desesperada. Otros ni tan siquiera llegan a alcanzar su primer empleo. Estas situaciones, por sí mismas, producen una serie de alteraciones en el organismo, en muchos casos de índole grave. Está ampliamente demostrado que las situaciones de estrés mantenidas en el tiempo producen una bajada de las defensas del sistema inmunológico, ocasionando importantes enfermedades, tanto físicas como mentales.

¿Qué hacer ante esta situación?...

sábado, 21 de julio de 2012

¿Para que sirve la preocupación?

¿Por qué nos preocupamos?
La respuesta a esta pregunta no es tan simple como a primera vista pueda parecer.  Para contestarla adecuadamente, nos tendremos que fijar en la función que cumple. No cabe duda de que nos preocupamos porque nos sirve para algo, aunque ese algo a veces nos resulte muy difícil de explicar.

Podemos definir la preocupación como una cadena de pensamientos e imágenes que está orientada hacia un peligro futuro que es percibido por la persona como incontrolable.

FUNCIONES de la preocupación:

1.- Preocuparse puede tener una función adaptativa, nos ayuda a prepararnos para afrontar situaciones problemáticas. “preocuparme me ayuda a descubrir medios de evitar lo que temo”.

En este caso la preocupación es “saludable” porque nos ayuda en la búsqueda de soluciones al problema, nos pone inmediatamente en acción para poder resolverlo. Es como si se nos encendiera una luz que nos indicara: tengo un problema, tengo que hallar la forma de solucionarlo.

2.-  Pero existe otra forma de preocupación constante y excesiva muy típica de personas con ansiedad generalizada (TAG). Esta es una  función desadaptativa. Aquí estaríamos hablando de una preocupación excesiva, cuyo factor determinante es la intolerancia a la incertidumbre, o lo que es lo mismo, la tendencia general de una persona a considerar inaceptable que un evento negativo pueda ocurrir, aunque la probabilidad de su ocurrencia sea pequeña.
Anticipamos posibles problemas y catástrofes que nos puedan llegar a ocurrir, les damos vueltas y vueltas, generándose así un estado de ansiedad que nos impide ser efectivos en la toma de decisiones, es como si nos quedáramos pillados en estas fase, sin posibilidad de avanzar.


A simple vista este modo de preocupación no cumple ninguna función, pero las cosas no son tan simples como puedan parecer. En este caso podemos llegar a pensar: “preocuparme hace menos probable que el evento temido ocurra”. Es una forma de  autoengaño que nos hace creer que así alejamos el peligro real:  se paga un alto precio para que no ocurran los hechos temidos.  Se tiende a sobreestimar las ventajas de preocuparse y a subestimar las desventajas evidentes.


SÍNTOMAS
Cuando sucede esto, pueden aparecer los siguientes síntomas:

- Síntomas autónomos: palpitaciones o taquicardia, sudoración, temblor o sacudidas, sequedad de boca (no debida a medicación o deshidratación).


- Relacionados con pecho y abdomen: dificultad para respirar, sensación de ahogo, dolor o malestar en el pecho, náuseas o malestar abdominal (p.ej., estómago revuelto).

- Relacionados con el estado mental: sensación de mareo, inestabilidad o desvanecimiento, desrealización o despersonalización, miedo a perder el control, a volverse loco o a perder la conciencia, miedo a morir.

- Síntomas generales: sofocos o escalofríos, aturdimiento o sensaciones de hormigueo, tensión, dolores o molestias musculares, inquietud o incapacidad para relajarse, sentimiento de estar al límite o bajo presión, tensión mental, sensación de nudo en la garganta o dificultad para tragar.

- Otros síntomas no específicos: respuesta exagerada a pequeñas sorpresas o sobresaltos, dificultad para concentrarse o “mente en blanco” debido a la preocupación o la ansiedad, irritabilidad persistente, dificultad para conciliar el sueño debido a las preocupaciones.

Las personas  que sufren el trastorno de ansiedad llamado ansiedad generalizada (TAG),  saben muy bien de lo que hablo. Se preocupan por todo, todo el rato, pasando de una posible catástrofe a otra, casi sin descanso, es un problema psicológico, realmente agotador.


CREENCIAS

Las creencias de que las preocupaciones son útiles contribuyen de modo notable al mantenimiento de estas últimas.

Es importante conocer el motivo de por qué nos preocupamos para poder controlar este estado:

- Evitación supersticiosa de lo que se teme: “preocuparme hace menos probable que el evento temido ocurra”.

- Evitación real de lo que se teme: “preocuparme me ayuda a descubrir medios de evitar lo que temo”.
- Evitación de temas emocionales más profundos: “preocuparme por la mayoría de cosas que me preocupo es un medio de evitar pensar en otras cosas más perturbadoras emocionalmente”.

- Preparación para el afrontamiento: “preocuparme por un evento negativo me ayuda a prepararme para su ocurrencia”.

- Recurso motivacional: “preocuparme me motiva para llevar a cabo lo que tengo que hacer”.

CAUSA
Para saber cuál es la causa que nos incita a preocuparnos nos haremos las siguientes preguntas:



1. ¿Por qué es útil preocuparme?
2. ¿Qué pasaría si no me preocupara por esto?


TIPOS de preocupaciones
Se han distinguido tres tipos de preocupaciones en el TAG:


1. Problemas inmediatos anclados en la realidad y modificables.
    Eje: conflictos interpersonales, etc.
En este caso se emplearían técnicas de resolución de problemas, con objetivos realistas centrados en los problemas.

2. Problemas inmediatos anclado en la realidad pero inmodificables.
    Eje: enfermedades crónicas.
Aquí se emplea el entrenamiento en solución de problemas con objetivos centrados en la aceptación de la situación y el manejo de las emociones.

3.- Acontecimintos muy improbables no basados en la realidad.
    Eje:  creer en la posibilidad de caer gravemente enfermo sin haber motivos para  creerlo, etc.
Aquí se emplearían técnicas  de exposición funcional cognitiva, restructuración de las ideas irracionales existentes.


EN RESUMEN
la preocupación muchas veces contribuye a encontrar soluciones a nuestros problemas; sin embargo, si con la preocupación notamos que los problemas continúan e incluso nuestro malestar aumenta, es hora de solicitar ayuda. 
ARpsicología

martes, 3 de julio de 2012

Metas, más allá del presente

En los últimos años venimos siendo testigos de una proliferación de testimonios donde “vivir el presente“vivir el ahora” se ha convertido en un dogma incuestionable. Libros, artículos en prensa, programa de televisión, nos inculcan esta realidad: no existe el pasado, no existe el futuro, sólo existe el presente.

Si bien es cierto que esta realidad parece incontestable, la cosa no es tan sencilla. Los seres humanos somos seres complejos. que necesitamos poseer expectativas de futuro para conseguir un óptimo funcionamiento, tanto físico como psicológico.

Todo razonamiento dicotómico, y éste lo es,  tiene un coste muy elevado y ello por una sencilla razón, la realidad no es dicotómica, es plural.  Nadie duda del valor indiscutible de saber valorar, apreciar y disfrutar de nuestro presente, pero minimizar o ignorar la importancia que tiene albergar y trabajar en metas, proyectos y expectativas de futuro, es un error grave que puede llevarnos a sumirnos en un futuro de muy dudosa dirección.

Cuidado con realizar una tergiversación de conceptos tan populares como “El ahora” “el engaño del ego”.  Estos pueden servir de excusa para auto-convencernos de que ya no  tenemos que hacer nada. Creer que las cosas se nos darán cual maná caído del cielo, encierra, más veces de las que sería deseable, un concepto muy pobre de uno mismo, una desconfianza en la propia capacidad de gestionar la propia vida. El problema del ego es que implica una visión distorsionada. Más allá de esto el ego no es ningún problema, sino, más bien al contrario, una herramienta útil para un funcionamiento saludable.

Numerosos estudios e investigaciones han destacado que albergar planes y llevarlos a cabo resulta ser un elemento esencial que ayuda a conseguir y mantener un óptimo funcionamiento bio-psico-social.

Cuando se ha estudiado la relación entre la consecución de metas y el bienestar, se ha llegado a las siguientes conclusiones:

1.- El progreso en las metas, fundamentalmente aquéllas que se valoran como muy importantes, produce incrementos en la felicidad y el bienestar.

2.- El efecto positivo asociado con la consecución de metas es menor cuando éstas no tienen un nivel de reto adecuado, es decir, son demasiado fáciles o muy difíciles.

3.- Cuando se tienen bajas expectativas de conseguir el éxito en la meta propuesta se asocia con afecto negativo.

4.- Cuando las metas planteadas son de evitación, es decir, ("quiero conseguir no comer chocolate")  están asociadas a un menor bienestar que las de aproximación ("quiero mantener la línea").

5.- Las metas personales, las que no vienen impuestas desde fuera o se realizan a cabo por satisfacción personal y no por conseguir recompensas externas, poseen una mayor asociación con el bienestar que las que no lo son.

Vistas estas conclusiones, sería muy aconsejable esforzarnos en encontrar el equilibrio entre vivir el presente y elaborar metas y proyectos personales donde poder realizarnos y reconocernos, a la vez que hacer un esfuerzo para no caer en un pensamiento dicotómico, polarizado, que lo único que hace en limitar todo nuestro potencial como seres humanos. 
                                                                                       
                                                ARpsicología

viernes, 29 de junio de 2012

Pérdida y Felicidad


Un querido y prestigioso colaborador de nuestro blog, Juan Manzanera, nos deleita  con este nuevo artículo. Resulta díficil no sentirse identificado con sus palabras. Éstas describen sensaciones, con frecuencia dolorosas, experimentadas por casi todos, al tiempo que nos señala una dirección hacia esperanza.

En el apartado de enlaces, podeis acceder tanto a su web como a su blog.

 Cuando pierdo algo que tenía suelo añorarlo. Entonces, me pesa eso que ya no tengo y me cuesta apreciar lo demás. A veces son pérdidas importantes como cuando pierdo un ser querido, otras no tanto; pero suele suceder lo mismo, me quedo atrapado en la experiencia de pérdida. En ocasiones las pérdidas se acumulan y todo se vuelve más difícil. Con esta crisis económica veo que pierdo independencia económica y poder adquisitivo, y veo que pierdo mi estilo de vida. Veo que mis amigos pierden ilusión y alegría, y eso es una pérdida para mí. Pero constantemente, a lo largo de la vida, estoy perdiendo algo.

 En estas circunstancias me descubro que mi atención se va a lo que me falta, a lo que tuve. Mi atención se va a esas pequeñas privaciones que se acumulan amenazando con convertirse en grandes vacíos.

 Pero aquí es donde me detengo. Me paro en seco y quiero ver que tengo otra elección. Siempre tengo la libertad de elegir qué atender en mi vida. Si me ofusco con lo que ya no tengo pierdo energía, vitalidad y esperanza, pero si doy un giro a mis pensamientos puedo vivir de otro modo.

 Las tradiciones espirituales dicen que el bienestar y la plenitud residen en el conocimiento de la propia esencia. Lo cual resulta muy esperanzador porque lo esencial nadie te lo puede quitar ni puede perderse. Los psicólogos, por su parte, anuncian que sus estudios señalan que la felicidad se halla al menos en tres variables, establecer relaciones positivas, encaminarse hacia logros personales y desarrollar hábitos cognitivos positivos. De nuevo, también ellos coinciden en que el bienestar es independiente de las pérdidas y puede propiciarse.

 Desde una perspectiva o desde la otra, me dicen puedo sentirme bien y contento si soy capaz de controlar mis pensamientos y tendencias. Al recordar esto es cuando tengo que tomar una decisión: ¿quiero ser feliz o no?

 Sentirme bien supone dejar de prestar atención a lo que pierdo y enfocarme en otra cosa. Sin embargo, esto no significa entrar en un optimismo ingenuo e ilusorio, sino observar cosas que están sucediendo en mi vida que tienen que ver con lo positivo.
 Si escucho a los psicólogos lo que hago es esforzarme por establecer relaciones positivas con las personas que me rodean. Me comprometo a ver todo lo que recibo de los demás y a sentirme agradecido, a dar más valor a la armonía en mi entorno que a mis deseos personales, a responder con compasión ante los abusos y atropellos de unos pocos, o a dar menos importancia a las agresiones de los demás. Procuro cuidar las relaciones y hacer que sean de calidad.

 También, los psicólogos me dicen que trabaje mis metas personales. Objetivos como potenciar mis cualidades, usar mis fortalezas a menudo, apreciar la vida, comunicarme mejor, o estar al servicio de algo más importante que yo, me llevan a la satisfacción y la plenitud.

 Por otro lado, las tradiciones espirituales me muestran el camino hacia una esencia que es invulnerable a las agresiones y contrariedades de la vida. Tal vez nunca llegue, pero el camino en sí ya me trae el bienestar que quiero para mi vida. Compruebo que sólo caminar en esa dirección ya resulta satisfactorio y gratificante. Entonces, cuando escucho mi silencio meditando, vivo conscientemente los momentos cotidianos, ablando mi relación con el dolor y suavizo la creencia en mi individualidad, empiezo a remontar y planear libremente por encima de las dificultades, y recupero la luz que siempre soy.

 Todavía me duelen las pérdidas y todavía siento el pesar de la ausencia, pero ya no me entretengo en ello.

 Puedo elegir, esto es lo que necesito recordar. Siempre habrá situaciones difíciles y personas dañinas, siempre habrá ambición, resentimiento e ignorancia a mi alrededor, y todo esto me afectará pero puedo ser fiel a mí mismo y decidir pasar por la vida -que pasa tan rápido- haciendo que haya valido la pena haber nacido.

Juan Manzanera

lunes, 18 de junio de 2012

La Pareja III: El arte de hablar con la pareja




Saber qué decir, cuándo y cómo, es una habilidad esencial para establecer y conservar las relaciones interpersonales. Esta habilidad adquiere mayor relevancia, si cabe, cuando se trata de cuidar la relación de pareja.   

Una mala o nula comunicación con la pareja hace que ésta se deteriore hasta un punto de no retorno, es importante por tanto dedicar parte de nuestro tiempo en conocer, aprender y fomentar habilidades que repercutan favorablemente en nuestra relación .

He aquí algunas consideraciones a tener en cuenta para mejorar dicha comunicación:

1.- Algunos Principios Básicos:

"yo me hago responsable". Deberemos empezar siempre con la expresión "yo pienso, yo considero, yo opino...".
Si no os entendéis, es el emisor (el que habla) el que debe hacerse entender.
La buena comunicación es aquella que permite que mi pareja se entere de lo que yo le quiero decir.
Antes de hablar, o responder, nos preguntaremos:

                  ¿Qué quiero decir? (el contenido)
                  ¿Cómo lo quiero decir? (la forma)
                  ¿Por qué voy a decirlo? (mi objetivo).

2.- La comunicación no verbal (los gestos): Debemos cuidar los siguientes aspectos:

 Es bueno mirarse a los ojos.
 Podemos sonreír mientras nos están hablando o mientras hablamos.
 Es deseable que haya contacto físico o proximidad.
 Debemos cuidar el volumen de la voz (que no sea ni muy elevado ni muy bajito).
 No debemos interrumpir a la otra persona mientras está hablando.

3.- Utilizar la comunicación ABC:

Puede ser ABC POSITIVO (para decir las cosas que nos gustan). Esta forma de hablar debemos usarla cuanto más mejor.

Puede ser ABC NEGATIVO (lo utilizaremos cuanto menos mejor, y sólo cuando tengamos pensada la solución para algo que no nos gusta de nuestra pareja. Recuerda que, si no te gusta algo de tu pareja, será mejor que aprendas a vivir con ello, antes de intentar cambiarlo.

A: Describimos de forma concreta el comportamiento, situación, día o momento al que nos estamos refiriendo: “cuando tú, tal día, hiciste, dijiste

B: Expresamos cómo nos hace sentir, qué emoción nos produce el comportamiento de la otra persona: …"eso me hizo sentir muy bien"…

C (positiva): Reforzamos su comportamiento para que se vuelva a repetir la conducta que me ha gustado. “me encanta eso que hiciste… “.

C (negativa): Vamos a aportar siempre una posible solución y nos implicaremos para llevarla a cabo. … me gustaría que la próxima vez hicieras esto que he pensado…y si quieres yo puedo ayudarte en…. Te estaría muy agradecido/a.

4. Otras Habilidades de comunicación:

Centrate en el tema que se está tratado en la conversación y no saltes de uno a otro. No acumules los problemas. Abrir la caja de pandora sólo hará que tu pareja se ponga a la defensiva.
Aunque parezca obvio, pregúntale qué ha entendido. No des nada por supuesto.
No etiquetes, este error es de los más dañinos porque rompe cualquier atisbo de entendimiento. Habla de lo que hizo, no de lo que es.
Personaliza en la comunicación, no categorices.Recuerda: relativiza lo que dices: “es posible que…, quizá si tú quisieras… no sé si me equivoco, pero…”. No utilices un lenguaje categoríco y absolutista.
Pregunta de vez en cuando qué puedes hacer (tú) para mejorar las cosas.
Y no te olvides hablar en primer persona, “yo creo… en mi opinión…".

Ejem:
                   MAL                                                                           BIEN
No está bien lo que has hecho                                   A mí no me gusta lo que has hecho
Tú me has hecho daño                                              Yo me he sentido dolido.

5.- Habilidades para el receptor:



No esperes a que el emisor lo haga bien.
Haz ver al emisor que le has entendido bien o no, repitiéndole brevemente lo que has entendido.
Pídele al emisor que sea concreto, pon ejemplos usando el ABC.
Cuando tu pareja diga su opinión, es bueno que des la tuya pero sin contraatacar, sin defenderte, permitiéndole esa opinión.
...

Sirvan estas sugerencias para comenzar a construir, si ello fuera necesario, las bases para una mejor y más fluida comunicación con la pareja. Merece la pena. 
                                                                                                             ARpsicología


lunes, 11 de junio de 2012

¿Ser o Depender? esa es la cuestión.

La mujer se incorporó al mundo laboral hace ya algunas décadas. Toda una revolución social, sexual y económica llegó a gran parte de la población femenina. Los acontecimientos hicieron que la mujer saliera de los fogones para ampliar sus miras.  Con esta revolución cabria pensar que los problemas derivados de la dependencia emocional habrían desaparecido, pero la realidad nos deja un panorama bien distinto. 
La dependencia emocional es un problema vigente en nuestra sociedad y, cómo no, en la consulta de los psicólogos no iba a ser menos. En nuestro quehacer profesional vemos, más veces de lo que quisiéramos, a mujeres que presentan problemas de ansiedad, depresión, baja autoestima o asertividad, que en el fondo responden a  problemas graves  de dependencia emocional.  Es obvio que este problema no es exclusivo del sexo femenino, pero debido a diversas connotaciones tanto sociales como culturales, es en la fémina, donde más casos se producen.       
Pero ¿Qué entendemos por dependencia emocional
Por dependencia emocional hay que entender una necesidad afectiva extrema que se siente hacía otra persona, repitiéndose a lo largo de diferentes relaciones de pareja
En las relaciones de pareja, los dependientes emocionales sienten una necesidad excesiva del otro. Deseos de exclusividad e idealización están presentes, sin la pareja no se valoran,  apareciendo la consiguiente subordinación y sumisión. Existe un continuo miedo a la pérdida lo que convierte a la persona en alguien vulnerable.  
Los dependientes emocionales hacen extensivo su deseo de exclusividad a las relaciones interpersonales. Sienten una necesidad de agradar, de ser aceptados por todas las personas significativas de su entorno, para ello amoldan tanto sus gustos como sus comportamientos al de los demás, olvidándose de sus propios deseos e intereses.
No es de extrañar que la autoestima del dependiente emocional esté muy dañada. El miedo a la soledad es el responsable último de esa dependencia tóxica hacia su pareja.
Albert Ellis, creador, como sabeis, de la Terapia Racional Emotiva, formuló y describió las 11 ideas o creencias irracionales  presentes en la mayoría de las personas. Según Ellis, estas ideas son responsables, en gran medida, del sufrimiento emocional que padecen los seres humanos, y desarrolló un programa terapéutico de tratamiento, que ha demostrado su eficacia a lo largo de todos estos años. Pues bien, dos de esas ideas o creencias irracionales tienen mucho que ver con el artículo de hoy.

La nº 1:
“Es una necesidad extrema para el ser humano adulto el ser amado y aprobado por prácticamente cada persona significativa de la sociedad”.
Esta creencia arraigada en muchas personas es causante de grandes perturbaciones emocionales.
Ellis plantea que esta creencia es irracional por muchas razones:
Creer o exigir que seamos  amados y aprobados por todos, es una meta absolutamente inalcanzable. Siempre habrá alguien a quién no gustemos o no caigamos bien.  Si nos empeñamos en conseguirlo nos encontraremos frustrados, agresivos o depresivos ante el desafecto o indiferencia de los demás. 
Esta forma de proceder hace que nuestro foco de atención esté en ver qué es lo que (los demas) desean de nosotros, cómo esperan que actuemos, esto hace que nos olvidamos de nuestros propios intereses, de nuestros propios objetivos y metas. Implica además que nos comportemos con un servilismo tal donde se abandonan las propias necesidades  Este es un precio demasiado alto que no nos podemos permitir. Pensamos que si somos complacientes, nunca nos dejarán, siempre permanecerán a nuestro lado, nada más lejos de la realidad. Lo más probable es que a la postre no se nos tenga en cuenta. Intentar ser aprobado y amado siempre por los demás hace que actuemos en función de las circunstancias externas en lugar de por nosotros mismos. 
 Una de las claves para comprender la irracionalidad de esta idea, sería  entender que, si bien es deseable obtener la aprobación y el amor de los demás, nunca puede convertirse en una “necesidad”. Intentemos planificar metas según nuestros propios interés, extinguiendo el deseo sin control de afectos.
La nº 8 dice:
 “Se debe depender de los demás y se necesita a alguien más fuerte en quién confiar”.
Aunque es normal que en ocasiones podamos sentirnos influidos y dependiente de otros, no lo es nada si dejamos que los demás elijan o piensen por nosotros.
Es evidente que cuanto más se llega a depender de otro, menos posibilidad de elección se tiene. Esto hace que se actúe por los demás, con una implicación grave: se pierde la posibilidad de ser uno mismo.  
Si nos acostumbramos a que sean los demás los que tomen decisiones, ¿cómo y cuándo aprenderemos?. Esta forma de pensar implica inseguridad y pérdida de autoestima.
Trabajemos para no estar a merced de otros, llegó la hora de ser nosotros mismos.
     
                                                                                                                
                                                                                          ARpsicología

viernes, 8 de junio de 2012

Psicólogos???

Una querida colega me envío esta divertida viñeta. Desconozco al autor de la misma, desde aquí mi enhorabuena. Nada más que decir, como la vida misma...



lunes, 4 de junio de 2012

Lo bueno o lo mejor

 Ana, al tiempo que conversaba con su hija, recordaba cómo eran las cosas cuando tenía su misma edad. A punto de cumplir cincuenta y tantos… y con una vida llena de experiencias y vicisitudes a sus espaldas, se preguntaba si todo cambio había sido para mejor.
En absoluto echaba de menos la vida de antes. Ella misma,  había luchado para que las cosas cambiaran y evolucionaran, saboreaba cada instante del presente y era consciente de que vivía en un lugar donde poder elegir era una elección. 
Sin embargo, observaba con cierta tristeza y preocupación cómo emergía una sociedad insatisfecha a su alrededor.  Ahora existían múltiples opciones para cualquier cosa,  pero la gente parecía perderse en ellas. Nada era lo suficientemente bueno,  elegir había dejado de ser una solución para convertirse en un problema, no se valoraba suficientemente lo conseguido,  siempre podría existir algo mejor…
                                                        .............
Esta introducción nos abre la puerta a un tema que en psicología se trató magistralmente hace ya algunos años, pero su vigencia sigue estando hoy en día de rabiosa actualidad


El psicólogo Barry Schwartz investigó el hecho de cómo el tener demasiadas alternativas para elegir podría influir negativamente en nuestra felicidad. En las llamadas sociedades ricas, aparece un tipo de ansiedad relacionado con esta cuestión.  Se ha comprobado cómo el coste que conlleva la toma de decisiones esm en muchos casos, demoledor. No dejan de sorprendernos los resultados de los estudios llevados a cabo.  Parece razonable pensar que, a mayor alternativas, más satisfacción,  pero los datos nos revelan lo contrario:  ciertamente,  cuando nos dan a elegir entre menos alternativas, parece que nos sentimos más satisfechos con lo que se nos da.

Siguiendo a Schwart,  éste hizo una clasificación de las personas en Maximizadores y Satisfactores.
Los maximizadores, en su búsqueda incansable de obtener de cada situación siempre “lo mejor”,  examinan  una y otra vez todas las opciones para poder tomar una decisión.  Una vez tomada, surge de nuevo la duda de no haber tomado la decisión correcta, siempre puede haber algo mejor…
Los satisfechos, son aquellas personas que se conforman con lo que es simplemente bueno.  Tienen ciertos criterios que, de cumplirse, hacen que tomen la decisión. Disfrutan de lo que han obtenido. No sienten la necesidad de asegurarse de si hay alguna alternativa mejor.
Schwart, introduce una pregunta: dado el esfuerzo que tienen que hacer para decidir, ¿realmente los maximizadores hacen las mejores elecciones?  La conclusión a la que llegó fue que, aunque objetivamente podrían estar haciendo las mejores elecciones, no era así subjetivamente, dado que el coste del proceso de la elección no necesariamente les hacía más felices.


                                                                                                                                                 ARpsicología

Para los que querais ampliar información, se puede encontrar en You Tube,  la entrevista completa (tres videos) realizada por Eduard Punset a Barry Schwart bajo el título: Por qué más es menos

domingo, 3 de junio de 2012

Acercamiento a la Psicoterapia (III): Carl Roger



Este el tercer video pertenece a la trilogia "Tres acercamientos a la Psicoterapia", donde tres de sus más importantes y reconocidos representantes ofrecen su particular forma de entenderla.
Los videos pertenecen a una sesión realizada con una paciente real. Muy interesantes e ilustrativos.

Primero vimos a Albert Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva. Luego pudimos contemplar a Fritz Pearl, fundador de la Terapia Gestal. Ahora le toca el turno a Carl Roger.

Carl Roger: Pionero de la Psicología Humanística, nos dejó su Enfoque Centrado en la Persona. El enfoque terapéutico de Rogers modifica el papel tradicionalmente asignado al terapeuta cuya función no es ya "CURAR A ALGUIEN" sino el de "COMPRENDER AL OTRO" ,lo que le convierte más bien en un asesor.

ARpsicología

viernes, 25 de mayo de 2012

Esos extraños humanos

Erase una vez la historia de un ser llegado de otros mundos, una pequeña extrarrestre llamada GLUGWK, traía una misión: conocer cómo funcionan las emociones humanas. Le habían contado que los humanos eran seres fascinantes, no comprendían sus reacciones tan distintas y contradictorias, y querían llegar a entenderlos. Habían observado que aparentemente cada uno de ellos se mostraba de forma muy diferente cuando les ocurrían las mismas cosas, así que decidieron enviarla a la Tierra para comprobar cuál era la causa de tan caótico comportamiento. 

Aterrizó en una gran ciudad, lo primero que la sorprendió fue no sorprender a nadie. Todo el mundo iba de un lado para otro sin reparar en ella.

Incansable,  buscaba pruebas que le arrojaran luz en tan confuso asunto hasta que, de pronto, reparó en un objeto depositado en el suelo (luego conoció que se trataba de una cáscara de plátano).

Primero, observó cómo un hombre, tras pisar la cáscara, aterrizaba con sus huesos en el suelo. Se levantó deprisa y azorado dijo: “qué vergüenza,  soy la persona más torpe del mundo. Todo el mundo se reirá de mí, definitivamente soy un inútil".

La pequeña GLUGWK, agazapada en un rincón, esperó nuevos acontecimientos. No comprendía por qué, si aquello resultaba ser tan peligroso, no lo retiraban del pavimento… En fin, humanos…

Al poco rato, apareció una señora, mediana edad, caminaba muy deprisa. Sin darse cuenta aplastó la cáscara sobre el suelo y a duras penas se mantuvo en pie. Lo que brotó de su garganta podría estar censurado en cualquier rincón de las galaxias, pero, en síntesis y después de filtrar mucho sus comentarios, éstos se reducían en maldecir a todo ser viviente. Una ira incontenible surgió de aquél cuerpo menudo. La pena de muerte se quedaba corta para aquél que hubiera sido el causante de tal comportamiento. ¡Qué se ha creído!, ¡Hacerme eso a mí!. ¡No se merece vivir!… Afloró la rabia, la ira...

Continuó observando y, al poco rato, pasó por allí un hombre de apariencia jovial,  corriente, nadie hubiera reparado en su aspecto. Al resbalar se dibujaron en el espacio movimientos imposibles. Sus manos y piernas cobraban forma. Cuando acabó aquella danza, no pudo reprimir una carcajada. ¡¡Por Dios!!, no sabía que era capaz de moverme así ni en sueños, qué gracioso, qué agilidad…

GLUGWK estaba al principio muy confusa, ¿por qué los humanos reaccionaban de manera tan dispar ante el mismo acontecimiento?, ¿qué les pasaba? En el mundo del que procedía definitivamente no eran las cosas así.  Meditó la respuesta durante horas hasta que de pronto encontró a la solución: no era el acontecimiento en sí mismo el causante de emociones tan distintas, sino el modo que tenían de interpretarlo. Las cosas que se decían a sí mismos influían de forma determinante en cómo se sentían.
                                                                   

SENTIMOS COMO PENSAMOS
     
Esta situación no está alejada de la realidad. Es un hecho comprobado que los pensamientos influyen de forma determinante en nuestras emociones. Sentimos como pensamos y, aunque es evidente que la naturaleza de los acontecimientos también influyen, siguen siendo nuestros pensamientos, nuestra interpretación de los hechos, lo que a la postre determina el cómo nos vamos a sentir. 

Es muy importante entender la trascendencia de este proceso. Si esto es así, y así es, vamos a poder modular y controlar aquéllos pensamientos que nos producen emociones desadaptativas.

Ante un hecho negativo, es lógico sentirse triste, incómodo, frustrado... pero si nos termina produciendo una depresión, una ansiedad, una obsesión... no lo es tanto.
Los psicólogos nos encontramos en nuestro trabajo con quienes vienen sufriendo durante años problemas emocionales. Para comenzar a resolverlos, un trabajo excelente es entrenar a las personas a detectar esos pensamientos negativos distorsionados que ocasionan tanto sufrimiento, aprendiendo a “cazarlos” primero, y a sustituirlos después por otros mucho más realistas y saludables. Si perseveramos en esta tarea se producirá un cambio en nuestro modo de interpretar el mundo.
                                                                                                     ARpsicología

jueves, 17 de mayo de 2012

Acercamiento a la Psicoterapia (II): Fritz Pearl


Este video pertenece a la trilogia "Tres acercamientos a la Psicoterapia", donde tres de sus más importantes y reconocidos representantes ofrecen su particular forma de entenderla.   La sesión está realizada con una paciente real.

En entrada anterior pudimos ver trabajar a Albert Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva, hoy podemos ver en acción a Fritz Pearl.

Fritz Pearl:  Fundador de la Terapia Gestalt, pertenece a la psicología humanista, la cual se caracteriza por no estar enfocada exclusivamente a tratar enfermos, sino tambien para desarrollar  el potencial humano.  Los principios de la terapia gestalt, está basada en una perspectiva holística, que plantea que el ser humano y la naturaleza todaz es un todo unificado y coherente.


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martes, 15 de mayo de 2012

Estrés y Resiliencia

Hoy vamos a hablar del estrés y de un concepto relacionado no tan conocido: la resiliencia.


¿Quién en mayor o menor medida no ha tenido estrés el algún momento de su vida?. Muchos son los artículos, tanto en libros especializados como en prensa, que nos lo presenta como uno de los males más temidos de los últimos tiempos. Es cierto, las consecuencias tanto físicas como psicológicas que produce sufrir estrés de forma crónica, pueden deribar en la presencia de otros problemas aún más temidos y graves para la salud.

 Saber afrontar el estrés es vital para nuestro bienestar. No obstante, hay que romper una lanza a favor del estrés. No siempre es negativo. A nadie se le escapa que, en determinadas circunstancias, tener algo de estrés nos ayuda a ser más eficaces; por ejemplo, para alcanzar el punto de rendimiento óptimo, un deportista necesita un cierto grado de tensión. Lo importante es aprender a detectar cuándo se nos está yendo de las manos y poder aplicar aquéllas estrategias que nos sirvan para afrontarlo.

Un esquema sencillo del estrés es el siguiente:

Ante la aparición de una situación (ya sea social, física, interna, etc), realizamos una evaluación primaria, es decir, catalogamos la situación de uno de los siguientes modos:

1. Situación de amenaza.
2. Situación de daño o pérdida
3. Situación de beneficio (reto o desafio).

Pero no basta esta evaluación para sufrir estrés. Realizamos todavía otro proceso igual de importante, se trata de la evaluación secundaria, es decir, evaluamos los recursos de afrontamiento de los que disponemos, ya sean personales, sociales o materiales, para hacerle frente. Si después de esta evaluación consideramos que “podemos con ella”, las consecuencias no serán tan dañinas para nuestra salud física y mental.

Queda claro que las respuestas del estrés (consecuencias emocionales, físicas y conductuales) que tendremos, van a depender, en gran medida, de la interpretación y valoración que hagamos de esas situaciones.

Llegados a este punto hablemos de la resiliencia. ¿qué se entiende por Resilencia?.
La resilencia es un concepto que se toma de la física que indica la capacidad de determinados materiales para volver a su estado original tras la acción de una fuerza. Un ejemplo típico suele ser una pelota de goma, que tras apretarla, al soltarla,  tiende a recuperar su forma original sin ninguna acción por nuestra parte.

Una persona resilente es aquélla que aunque se vea expuesta a sucesos muy estresantes, no presenta síntomas disfuncionales ni interrumpe su funcionamiento normal, logrando mantener el equilibrio sin que afecte a su rendimiento ni vida cotidiana.

Es importante entender que resiliencia no es lo mismo que recuperación.  El paso del tiempo puede hacer en muchos casos, que los síntomas vayan remitiendo y las personas van recuperando su funcionamiento normal. La recuperación nos habla de un retorno gradual hacía la normalidad. Por el contrario, cuando hablamos de resilencia, nos estamos referimos a la habilidad de mantener el equilibrio a lo largo de la propia situación estresante.

Si queremos aumentar nuestra resiliencia, debemos conocer cuáles son algunos de los elementos que poseen las personas resilientes, a saber:
  • son personas que saben aceptar una cierta dosis de incertidumbre y de impredecibilidad en sus vidas.
  • tienen tendencia a recordar las cosas positivas que han vivido, (recuerdo selectivo)
  • reconocen que las adversidades y problemas forman parte del juego de vivir.
  • se perciben como supervivientes, salen reforzados de las experiencias, con la capacidad de aprender de ellas.

Aprendamos, ¿a qué esperamos?.

                                                                                                         ARpsicología

viernes, 4 de mayo de 2012

Que viene el monstruo.....

Estoy en sola en mi habitación, comienza a anochecer, primero siento, luego escucho... El silencio que proviene del resto de la casa empieza a invadirme y siento un miedo atroz. Me quedo paralizada, sólo alcanzo a escuchar el sonido de mi respiración... Cada vez más fuerte y rápida. Las sensaciones físicas comienzan a agolparse no sólo en mi cuerpo, también en mi mente.
El corazón palpita cada vez más deprisa, una sensación de irrealidad comienza a tomar forma, mis piernas desfallecen... Detrás de la puerta de mi habitación me espera… ¿?
(Coloca tu miedo).
Parece un relato de suspense sacado de cualquier libro de terror, pero no, esto y más, es lo que ocurre cuando se sufren ataques de pánico. Las sensaciones son tan intensas, tan reales, que nos impiden pensar, sentir y actuar con normalidad. Ya sabemos que no existe “ningún monstruo” detrás de esa puerta, pero aún así, no nos atrevemos a abrirla.

Algunos de los síntomas más frecuentes de los ataques de pánico son:

. Temblor.
. Dolor de pecho.
. Sensación de ahogo
. Taquicardia
. Sensación de mareo
. Sequedad de boca.
. Sudores.
. etc.
Estas sensaciones son tan desagradables que cuando se padecen poco importa ya el origen del problema, lo que más nos aterra es volver a sentirlas, es lo que se conoce como miedo al miedo.

La secuencia de adquisición suele ser así:
1.- Ante una situación desencadenante, interna o externa, percibimos una amenaza
2.- nos surge miedo, temor, aprensión
3.- comenzamos a sentir sensaciones corporales desagradables.
4.- A estas sensaciones le damos un significado catastrófico
5.- Aparición del ataque de pánico

Para no volver a sentirlo se comienzan a dar las llamadas “conductas de evitación,” es decir, comenzamos a evitar cualquier situación que nos produce temor, pero son estas conductas las que a la postre resultan ser el mecanismo por el cual mantenemos y cronificamos el problema. Al principio sentimos un alivio al no afrontar nuestros miedos, pero luego, a medio y largo plazo, nos sentimos incapacitados para resolverlos, nos sentimos raros, pensamos que no tenemos remedio, que lo nuestro no tiene solución.

Sufrir ataque de pánico, con o sin agorafobia, es unos de los trastornos de ansiedad con mayor prevalencia en la población. Algunas personas buscan ayuda cuando los síntomas ya se han instalado fuertemente y ven cómo su vida va quedando reducida a cuatro paredes (su espacio seguro). Es importante solicitar ayuda profesional lo antes posible. No es aventurado decir que los trastornos de ansiedad pueden ser tratados muy eficazmente con la terapia adecuada. Con ayuda puedes aprender a pensar mejor, puedes afrontar lo que jamás creías que podrías y puedes descansar sin más miedos.

Existe un alto porcentaje de personas que “vencen a su monstruo particular” siguiendo un programa adecuado.Hoy día existen diversas técnicas psicológicas de probada eficacia. Ya pocos creen en los viejos mitos de que “ir al psicólogo es de locos”, o “esto que me ocurre a mí no le pasa a nadie”. 

SE PUEDE.                                                                                                                                           Alicia Reyes
ARpsicología