Asesoramiento y Terapia Psicológica

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martes, 3 de julio de 2012

Metas, más allá del presente

En los últimos años venimos siendo testigos de una proliferación de testimonios donde “vivir el presente“vivir el ahora” se ha convertido en un dogma incuestionable. Libros, artículos en prensa, programa de televisión, nos inculcan esta realidad: no existe el pasado, no existe el futuro, sólo existe el presente.

Si bien es cierto que esta realidad parece incontestable, la cosa no es tan sencilla. Los seres humanos somos seres complejos. que necesitamos poseer expectativas de futuro para conseguir un óptimo funcionamiento, tanto físico como psicológico.

Todo razonamiento dicotómico, y éste lo es,  tiene un coste muy elevado y ello por una sencilla razón, la realidad no es dicotómica, es plural.  Nadie duda del valor indiscutible de saber valorar, apreciar y disfrutar de nuestro presente, pero minimizar o ignorar la importancia que tiene albergar y trabajar en metas, proyectos y expectativas de futuro, es un error grave que puede llevarnos a sumirnos en un futuro de muy dudosa dirección.

Cuidado con realizar una tergiversación de conceptos tan populares como “El ahora” “el engaño del ego”.  Estos pueden servir de excusa para auto-convencernos de que ya no  tenemos que hacer nada. Creer que las cosas se nos darán cual maná caído del cielo, encierra, más veces de las que sería deseable, un concepto muy pobre de uno mismo, una desconfianza en la propia capacidad de gestionar la propia vida. El problema del ego es que implica una visión distorsionada. Más allá de esto el ego no es ningún problema, sino, más bien al contrario, una herramienta útil para un funcionamiento saludable.

Numerosos estudios e investigaciones han destacado que albergar planes y llevarlos a cabo resulta ser un elemento esencial que ayuda a conseguir y mantener un óptimo funcionamiento bio-psico-social.

Cuando se ha estudiado la relación entre la consecución de metas y el bienestar, se ha llegado a las siguientes conclusiones:

1.- El progreso en las metas, fundamentalmente aquéllas que se valoran como muy importantes, produce incrementos en la felicidad y el bienestar.

2.- El efecto positivo asociado con la consecución de metas es menor cuando éstas no tienen un nivel de reto adecuado, es decir, son demasiado fáciles o muy difíciles.

3.- Cuando se tienen bajas expectativas de conseguir el éxito en la meta propuesta se asocia con afecto negativo.

4.- Cuando las metas planteadas son de evitación, es decir, ("quiero conseguir no comer chocolate")  están asociadas a un menor bienestar que las de aproximación ("quiero mantener la línea").

5.- Las metas personales, las que no vienen impuestas desde fuera o se realizan a cabo por satisfacción personal y no por conseguir recompensas externas, poseen una mayor asociación con el bienestar que las que no lo son.

Vistas estas conclusiones, sería muy aconsejable esforzarnos en encontrar el equilibrio entre vivir el presente y elaborar metas y proyectos personales donde poder realizarnos y reconocernos, a la vez que hacer un esfuerzo para no caer en un pensamiento dicotómico, polarizado, que lo único que hace en limitar todo nuestro potencial como seres humanos. 
                                                                                       
                                                ARpsicología

1 comentario:

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